Como el año pasado, COVIBAR organizó coincidiendo con el día de los enamorados un viaje de fin de semana para conocer un poco más de España, en esta ocasión el recorrido fue la La Mancha.
Salimos pronto de Rivas a las 08:05 minutos arrancaba el autobús con destino al Castillo Convento de Calatrava la Nueva cerca de ALDEA DEL REY en Ciudad Real. A mitad del camino poco más o menos realizamos un alto para reponer un poco las fuerzas, transcurrida media hora larga reanudamos nuestra marcha. Entrando en la provincia de Ciudad Real se empezaron a ver todos los campos blancos de la nevada caída durante la noche y un poco más adelante comenzó a nevar, si bien la carreta estaba en perfectas condiciones.
Sobre las 11:00 horas llegamos al pie del cerro donde está situado el Castillo, la imagen no podía ser más espectacular, al mirar hacia las alturas, una densa niebla cubira todo el castillo al margen del manto de nieve que cubría todo. Con gran pericia del conductor, llegamos hasta el pié del castillo. Subimos un pequeño tramo empedrado cubierto de nieve hasta llegar a la entrada del mismo donde nos esperaba la guía que nos contó todo la historia del mismo. Es de destacar la Iglesia/catedral que hay en su interior donde se ha combinado la piedra propia del terreno, muy dura, con piedra volcánica más fácil de labrar. Fue una pena que el tiempo no acompañase ya que las vistas desde lo alto deben ser espectaculares ahora bien seguro que poca gente ha visto el castillo y sus alrededores cubiertos de por una capa de nieve.
Terminada la visita nos dirigimos a ALMAGRO, donde comimos en el Restaurante Calatrava,. Una vez recuperadas las fuerzas nos dispusimos a ver la ciudad. Lo primero el famoso Corral de Comedias donde nos explicaron su historia, curiosidades y chascarrillos que hay hay alrededor del mismo, finalizada esta ,continuamos viendo la Plaza Mayor, las distintas casas palaciegas de la ciudad así como la Iglesia de San Bartolome. Todo esto aguantando un frío helador.
Terminada la visita todos al autocar y rumbo a VALDEPEÑAS, ciudad en la que pasaríamos la noche en el Hotel Veracruz Plaza, llegamos sobre las 18:45 horas y después de tomar posesión de la habitaciones unos se dirigieron al SPA del hotel (según lo habían concertado) y otros nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad, visitando la Plaza de España y sus alrededores y probando los vinos de la tierra en el Bar el Penalti. A las diez de la noche teníamos la cena en el Hotel, como quiera que era Carnaval, la organización del viaje había preparado mascaras para todos, después de la cena y como el año anterior empezó la fiesta hasta altas horas de la madrugada.
A las 10:00 horas pusimos rumbo a CONSUEGRA, el tiempo había cambiado, lucia un tímido sol y la nieve había desaparecido. Llegamos sobre las 11:30 más o menos y nos diriguimos hacia el Castillo y los molinos que dominan la ciudad. La visita al castillo es teatralizada y la "juerga" empieza antes de entrar,. El soldado que controla la entrada es todo un espectáculo, tiene una frase o un gesto para cada uno de los que entran al castillo. Luego te van guiando por las distintas instancia del castillo y en cada habitación o en cada pasillo te cuentan un poco de la historia del mismo que a su vez es la historia de España.
Una vez terminada la visita nos dirigimos a ver uno de los molinos que está restaurado en su totalidad y nos explicaron como funcionaba, como se orienta, como se pone en marcha, como se hacia para moler los distintos cereales y como se paraban. Terminadas estas visitas, nos dirigimos a dar una vuelta por la ciudad, visitando la Plaza Mayor y otros lugares de interés. Terminada la visita,, nos fuimos a comer al Meson La Centinela.
Terminada la comida, pusimos rumbo a TEMBLEQUE, donde visitamos la Plaza Mayor (digna de verse) la Ermita de la Vera Cruz, la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y el Palacio de la Torres, donde se han rodado algunos capítulos de la serie Águila Roja. Sobre las 19:15 horas pusimos dirección Madrid donde llegamos sin mayores inconvenientes sobre la 20:30 después de haber pasado un agradable sin de semana y con ganas de volver a repetirlo.