Una vez pasado el Arco, nos encontramos con la Catedral, que está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en la Plaza de San Fernando, se obtienen las entradas para realizar la visita del interior de la misma. En la misma, se pueden admirar las distintas capillas que jalonan los laterales de la nave principal, en las que se puede admirar una impresiónate colección de obras de arte de diversos estilos. Hay que destacar las capillas de la Visitación, de Santa Ana, de San Enrique, de San Juan de Sahagún, de las Reliquias y de los Condestables, también es digno de admirar el Crucero y cimborrio, así como la Escalera Dorada. Por último y después de rodear el claustro, se llega a la salida.
Terminada la visita interior, podemos ver el exterior de la misma y buscar por entre las calles adyacentes que mantienen el encanto medieval de la ciudad y que confluyen en la Plaza Mayor, también conocida como la Plaza del Mercado Menor.
Después de reponer fuerzas, nos fuimos a visitar el Museo de la Evolución Humana, en el que se muestra en diversos dioramas, la evolución de la nuestra especie, admirar los descubrimientos del cercano yacimiento de Atapuerca. En otras plantas hay diversos dioramas en los que se puede ver cómo han ido evolucionados los métodos de agricultura y transporte. En la planta superior, hay una recreación de la evolución de la especie humana.
A la salida del museo, pasamos por la Plaza del Mío Cid, donde se encuentra la estatua ecuestre del mítico Rodrigo Díaz de Vivar, continuamos el Paseo del Espolón, que bordea el río, disfrutando de los jardines, arbolado que los componen.
Una vez terminada esta visita, solo quedaba, comer (cordero asado por supuesto) y emprender el viaje de vuelta. En resumen una ciudad, donde se conjuga la historia, desde los orígenes del hombre hasta la esplendorosa Edad Media, donde esta ciudad alcanzó su máximo auge. Solo una advertencia, en Burgos hace frio, mucho frio, nos fuimos a mediados de mayo con guantes, bufanda y ropa de abrigo.
18 y 19/05/2013
18 y 19/05/2013