Las vacaciones del 2011 casi sin proponerlo se convirtieron en un viaje por Noruega y Suecia. Las mismas consistieron en un viaje casi programado por los dos paises antes mencioandoas.
La primera parada, después de un vuelo directo desde Madrid, fue Bergen, la segunda ciudad más importante de Noruega, llegamos cuando estaba empezando a anochecer y el guia nos comentó que si no estabamos muy cansados que diesemos una vuelta por el centro de la ciudad, además ese fin de semana era el de la novatadas ya que las clases habian empezando el lunes anterior. Dando una vuelta nos encontramos a muchos jovenes disfrazados principalemtne como los griegos clasicos, es decir con una sabana, desafiando al frio que hacia, pero ellos se lo pasaban en grande.
A la mañana siguiente, la primera visita fué al funicular Floibanen que te lleva a lo alto del monte Floyen desde donde se puede ver toda la ciudad, después nos dirigimos a ver el bario Hanseatico conocido tamrién como Bryggen, es un conjunto de casas de ladrillo y madera que se fundo en el año 1100 cuando comenzó el comercio con el bacalao.
Después de esta visita, nos dieron una vuelta por los cistios más singulares de la ciudad, el antiguo ayuntameinto, el palacio de conciertos Grieg Hall, el intituto de la musica, el museo de arte, todo ello al rededor del lago Lungegardsvannet.
Ya por nuestra cuenta, nos fuimos a la oficina de turismo que está enfrente del puerto, y nos dedicamos a recorrer la calles que hay en los arreldedores, vimos la iglesia de Korskirken, el kiosko instalado en el Byparken. Un sitio con un encanto son los puestos que hay en el puerto, si lo deseas puedes comer cosas "tipicas" como la carne de ballena, el cangrejo real, el salmon salvaje, la mayoria de los puestos están antendidos por estudiantes, son muy agradables y es facil entenderse con ellos.
Eso sí la vida es cara, muy cara tomar como ejemplo que por dos cervezas en una terraza, eso si con sus manta y sus estufas, se paga el equivalente a 24 euros. Pero merece la pena visitar la ciudad, nos habría gustado tener más tiempo para ir por nuestra cuenta.
Ya por nuestra cuenta, nos fuimos a la oficina de turismo que está enfrente del puerto, y nos dedicamos a recorrer la calles que hay en los arreldedores, vimos la iglesia de Korskirken, el kiosko instalado en el Byparken. Un sitio con un encanto son los puestos que hay en el puerto, si lo deseas puedes comer cosas "tipicas" como la carne de ballena, el cangrejo real, el salmon salvaje, la mayoria de los puestos están antendidos por estudiantes, son muy agradables y es facil entenderse con ellos.
Eso sí la vida es cara, muy cara tomar como ejemplo que por dos cervezas en una terraza, eso si con sus manta y sus estufas, se paga el equivalente a 24 euros. Pero merece la pena visitar la ciudad, nos habría gustado tener más tiempo para ir por nuestra cuenta.
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