Cuando llegamos a Sigüenza la verdad es que no teníamos un sitio predeterminado para comer, habíamos visto algunos en internet y otros que nos habían comentado en el hotel. El caso es que mientas visitábamos la parte histórica de la ciudad cerca de la Casa del Doncel nos encontramos con el Gurugu de la Plazuela, un sitio con mucha historia ya que en 1649 ya existía la taberna en cuestión.
De entrada paramos para tomar algo y probamos el Rollito del Buen Amor, premio a la mejor presentación medieval del año, no os digo de que es para que lo probéis, en resumen que reservamos mesa para comer, el restaurante no es muy grande 20 o 25 personas a lo sumo.
A la hora de comer, pedimos una zarzuela de pinchos, con seis pincho de tres variedades diferentes y una cazuela de migas con setas y de segundo cecina de ciervo, de postre torrijas, todo ello acompañado de vino blanco de rueda (4 copas), agua e infusiones. Todo ello por 38,00 euros.
El trato insuperable, si tenéis oportunidad no dejéis de pasaros, además la taberna tiene otras sorpresas.
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