Para llegar a San Pedro, tomamos un avión desde Santiago a Calama, dos horas de vuelo aproximadamente con unas vistas de los Andes impresionantes. Una vez en el aeropuerto, tomamos un “transfer” para que nos llevase a San Pedro de Atacama, un viaje de un poco más de una hora y quince minutos.
Se atraviesa una parte del desierto, el camino son largas rectas y por las ventanillas solo se veo tierra y piedras o piedras y tierra, perdido, se puede encontrar algún rastro de vegetación y las capillas de los fallecidos en algún accidente. Lo más curioso es que cuando vas llegando empiezas a distinguir una mancha verde en medio de la nada que es San Pedro.
Una vez instalados en el hotel, que estaba a las afueras de San Pedro, nos dijimos a las oficinas TurisTour a contratar las distintas visitas que teníamos previsto realizar, la verdad es que la atención fue muy buena y los consejos que nos dieron, mejores,
como más tarde pudimos comprobar, recordar que estamos a 2.300 metros sobre el nivel del mar. Otro tema son los guías que te acompañan en la excursión, si tenéis la suerte de contar con Gonzalo y con Javiera, os lo vais a pasar fenomenal, al margen de la cantidad de explicaciones que te facilitan y cómo interactúan con el grupo.
Una vez realizada esta gestión, nos dimos una vuelta por el pueblo, que tiene su encante y que más adelante visitaríamos con más detalle. Unas cervezas, la cena y a descansar que al día siguiente nos teníamos que mover.
Como quiera que la primera excursión, la teníamos por la tarde, nos alquilamos unas bicicletas en el hotel y nos fuimos a ver la ruinas del Pukará de Quitor, una fortaleza construida por los atacameños
para defenderse de los invasores. Hay paneles informativos en el que se reflejan la historia y costumbres de los atacameños. El recorrido termina en una caminata que culmina en la altura del cerro, desde donde tendrás una vista panorámica del valle adyacente. Una vez vistas las ruinas, puedes seguir una senda que va serpenteando en la montaña que lleva a dos miradores, desde donde se puede contemplar todo el valle de la Muerte y el valle que forma el Rio San Pedro.
Continuamos nuestra marcha bordeando el rio y tomamos un desvió en dirección al “túnel”, la senda a seguir, va girando entre rocas de
arcilla y sal, a un par de kilómetros el camino se empieza a empinar y la subida se hace dura, pero merece la pena las vistas que se contemplan. La vuelta más relajada te permite volver a disfrutar del paisaje.
Por la tarde, teníamos la primera de la excursiones que habíamos preparado, nos recogen a la puerta del hotel y nos dirigimos al Valle de Jere, un desfiladero-oasis que están junto al pueblo de Taconao, a unos 30 kilómetros de San Pedro, lo primero que
encuentras son unos petroglifos de dimensiones considerables, luego lo que es un oasis, agua y árboles, alguno frutales, ya que los habitantes, han diseñado como escalones para aprovechar más el terreno.
Después del oasis, nos dimos una vuelta por el casto urbano de Taconao, en el que pudimos contemplar su iglesia, construida con piedras de origen volcánico y el campanario que tiene la particularidad que está separado de la iglesia y pintado de blanco. Alrededor de la plaza, hay tiendas donde adquirir artículos de artesanía, sobre
todo, tejidos de lana de alpaca, a las que te puedes encontrar paseando por las calles.
Una vez terminada la visita, nuestro destino era el Salar, que es una laguna de sal de tres mil km2 es un espectáculo que te impresionará. Su gruesa costra forma cúmulos que crujen al atardecer mientras bajan las temperaturas, es hogar de aves andinas y una de las mayores maravillas de este desierto en donde todo es inmenso.
El Salar forma parte de la Reserva Nacional Los Flamencos, llegamos hasta la Laguna Chaxa, con vehículo solo puedes llegar hasta el centro de visitantes, luego y después de una breve caminata llegas a la laguna propiamente dicha y puedes ver flamencos y otras aves que anidan y se alimentan en sus aguas. Las tres especies de flamencos que puedes ver desde cerca son el andino, el chileno y el de James, los guías te enseñan a diferenciar unos de otros.
8-12/09/2013