En la mañana del segundo día, la dedicamos a recorrer San Pedro y ver
los sitios más destacados que tiene. Para empezar, hay que decir que el pueblo
está situado en un oasis, que no hay edificios altos, como mucho dos plantas,
la mayoría de las casas son de abobe y las calles de tierra prensada, que
riegan un par de veces al día.
Como sitios de interés, la antigua plaza, su iglesia, que data de
1774, esqueleto de madera
de cactus, adobe y vigas de algarrobo amarradas con
cuero. Cerca está el Museo Arqueológico R. P. Gustavo Le Paige, donde te
impresionarás con las momias y objetos cotidianos de la zona. Muy cerca hay una
feria de artesanía donde es posible encontrar artículos producidos por
artesanos atacameños, realizados con materiales tales como: cuero y lana de
llama, artículos de cactus, iglesias talladas en piedra, chalecos de lana,
guantes y similares.
Por lo demás San Pedro gira alrededor de la calle Caracoles, que es
donde están concentradas la mayoría de agencias de turismo, restaurantes y
tiendas de regalos, a derecha e izquierda salen calles que a medida que se van
alejando de la calle antes citada, van perdiendo animación.
Después de comer, nos recogieron para la segunda visita que teníamos
contratada, la visita
al Valle de la Luna y el Valle de la Muerte. El Valle de
la Luna está ubicado en la zona de la Cordillera de la Sal, presenta un extraordinario
atractivo por su similitud con la superficie lunar, el acceso está controlado
por la asociación indígena. Después de hacer unos kilómetros entre dunas,
cortados y mares de sal, llegamos a las denominadas Cavernas de Sal, donde se
puede observar tozas de sal gema, restos de antiguas construcciones sobre todo
la formación natural
denominada las Tres Marías. De vuelta, nos paramos al pie
de la Gran Duna y los que quisieron
pudieron realizar una caminar por estos parajes donde solo hay sal, tierra y
piedras.
En un momento del recorrido, sale lo que fue el cauce seco de un
antiguo rio en el que te encuentras diversos recodos,
estrechos pasadizos de
piedra y grutas por las que puedes acceder a otros sitios del valle.
Nos dijimos al Valle de la Muerte, que continúa estando dentro de la
Cordillera de la Sal, se transita a través de un gran cañón formado por
pequeñas montañas y terrones en los que el viento, han erosionado formas inverosímiles.
El camino cada vez parece estrecharse
más hasta que las ruedas del vehículo comienzan a perder tracción y la arena
blanda se apodera de la situación. En nuestro caso, las zonas más bajas y como consecuencia de unas riadas que
habían tenido hacía pocos días, la tierra se había
convertido en un lodo rojizo
y pegajoso que a poco que te saliese de los caminos que atrapaba. Al margen de
lo espectacular del terreno una de las principales atracciones del Valle de la
Muerte es la práctica de sandboard, surfear las olas de arena tiene que ser una
sensación única.
Para terminar la visita, nos dirigimos a la Quebrada de Ckari para ver
la puesta de sol. La Quebrada es un cortado sobre el Valle de la Luna en el que
se puede contemplar todo este inmenso mar de piedras y tierra, hay sitios
peculiares como la “Roca del Coyote” en la que todos nos hicimos la correspondiente foto. Protegidos del aire, que soplaba en
condiciones pudimos
contemplar una de las puestas de sol más impresionantes.
8-12/09/2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario