13 de noviembre de 2014

Donde comer en Avila - La Bodeguita de San Segundo

La Bodeguita de San Segundo, se encuentra en un edificio que está adosado a la Muralla mu cerca de la Catedral, Más que una bar es una bodega, donde puedes degustar distintos tipos de vinos, las paredes están repletas de estanterías con botellas de vino de distintas D.O., Bodegas y añadas.

Tiene un pequeño comer y media docena de mesas en la parte de barra, el problema que es está lleno, pero nosotros con suerte y con un poco de paciencia las dos noches que fuimos conseguimos una.

Al margen de los vinos y el aperitivo correspondiente pudimos probar las siguientes platos:

Carpacio de pulpo
Tosta de mojama con paté de anchoas
Tosta de ventresca con pimientos asados.
Tosta de queso brie con cebolla caramelizada
Tosta de chuletón.
Para beber vino (ocho, dos por persona)
Precio, una media de 32,00 euros. 

Un sitio que se sale de lo normal en Avila, con mucho ambiente, con un trato muy agradable, merece la pena pasarse por él.

08/11/2014

Donde comer en Avila - La Santa

El segundo día de nuestra estancia en Avila y después de una de las visitas guiadas que hay por la ciudad, comimos en el Restaurante La Santa, que está en la Plaza de Santa Teresa, justo enfrente de la muralla.

En la plata baja, tienen la barra, con un gran número de tapas, en la primera planta tienen el restaurante. Para comer nos decantamos por varias combinaciones, menú, entrantes y segundo, en resumen comimos los siguiente:


Ensalada templada de chipirones. 

Patatas revolconas.
Croquetas de boletus
Bacalao
Chuletón troceado
Cochinillo cuchifrito
De postre (tarta de la casa y tarde de cerveza negra)
Para beber cerveza y agua.
Precio 101,10 euros (para cuatro personas.

El sitio muy agradable, posiblemente un pelín agobiante (al estar en una planta alta), pero el servicio exquisito, la comida muy buena (impresionante la tarta de cerveza negra), merece la pena visitarlo.

08/11/2014  

   

Donde comer en Avila - Los Candiles

El restaurante Los Candiles, no es el tipo restaurante con su barra de bar, es un sitio para comer, el local podría ser perfectamente una oficina, no tiene muchas mesas, por lo que tienes que tener la precaución de reserva o comer tarde. Esta situado cerca de la Plaza del Mercado Chico.

Como nos habían advertido que los platos son generosos, nos decantamos por el menú de la casa (puedes pedir cualquier plato de la carta) más una ensalada Los Candiles, en resumen lo que comimos fue:
Ensalada Los Candiles (ensalada, con chipirones calientes y vinagreta de frutos secos).
Judiones
Chuleton
De postre la selección de la casa (flan, tarta de queso y tarta de manzana)
Para beber (vino, casera y agua).

Precio 85,50 euros (cuatro personas)

El sitio está bien, el servicio, es rápido y atento, si tenéis oportunidad visitarlo.

07/11/2014

5 de noviembre de 2014

Donde comer en San Pedro de Atacama - Cervecería Chelacabur

La Sala de Cervezas Chelacabur, no es un restaurante o un sitio donde se pueda comer nada salvo cacahuetes o patatas fritas que puedan poner de acompañamiento, es un sito para tomar una cerveza tranquilamente.

El local está decorado con camisetas de distintos equipos de fútbol, banderines y póster de equipos de futbol y posters y fotos de películas míticas, además tiene varias pantallas de televisión sintonizadas en los canales deportivos.

Las mesas y banquetas son de madera, pero no resultan incomodas para el rato que pasas bebiendo, otro de los atractivos que tiene es una gran variedad en cervezas todas a muy buen precio y bien frias.

Si van a San Pedro de Atacama, os recomiendo que paséis por este local. 

Donde comer en San Pedro de Atacama - Pizzería el Inca

Por cambiar un poco, una noche nos decantamos por unas pizzas. La Pizzería el Inca, es un local pequeño con cuatro mesas mal contadas, pero con un servicio rápido y eficiente.

Para cenar pedimos las siguientes pizzas individuales:
Vegetal
Americana
De la casa
Para beber Agua mineral y fanta.
Pagamos por todos 28.000 pesos (tres personas)

Las pizzas están buenísimas y el servicio es rápido.

Donde comer en San Pedro de Atacama - La Casona

El restaurante La Casona, es uno de los tradicionales de San Pedro, tiene un comedor tradicional y patio repleto de plantas que dan sobra a los distintos apartados en los que está dividido.


Para comer pedimos.

Una Parrillada de la casa (dos personas)
Ensalada de la casa
Para beber cervezas, agua mineral e infusiones.
Pagamos un total de 41.000 pesos (propina incluida) (tres personas)

Sitio muy agradable, servicio muy bien. 

4 de noviembre de 2014

Donde comer en San Pedro de Atacama - Blanco

El restaurante Blanco, es algo distinto a todo lo que habíamos visto hasta el momento, en cuanto decoración y carta, perfectamente podría estar ubicado en cualquier gran ciudad. La comida es un poco de diseño.

Para cenar tomamos:
Tartar de salmón
Ceviche de cuatro pescados
Bolas de cuatro peces
Para beber cervezas y agua.
Pecio 35.000 pesos (propina incluida) (tres personas).

Sitio bien, servicio eficiente,   

Donde comer en San Pedro de Atacama - Adobe

El Adobe, es otro restaurante que gira alrededor de un patio central, si bien tiene un gran espacio cubierto y en uno de los laterales una gran cristalera, que da una sensación de amplitud, por la noche tiene un fuente de fuego para caldear el ambiente. En este restaurante comimos/cenamos un par de veces:


Los platos que hemos probado son:

Rissoto de quinoa con hongos
Carpaccio de salmón
Salmón mantequilla con arrope de chañar
Lomo a lo pobre
Para beber cerveza, agua mineral y pisco.
Precio medio de cada comida 41.000 pesos (propina incluida) (tres personas). 

Sitio agradable, buen servicio rápido y eficiente.

Donde comer en San Pedro de Atacama - La Estaka

En este restaurante comimos/cenamos un par de veces. El local está perfectamente adecuado/decorado al sitio donde está, paredes de abobe, mesas y bancos integrados, el techo cubierto de cañizo, paredes decoradas con pinturas y motivos atacameños.

Los platos que hemos probado en este restaurante han sido:
Canelones con carne y jamón
Rissoto de camarones (impresionante)
Ensalada de la casa
Lomo a la estaka.
Para beber, cerveza, agua e infusiones.
Precio medio de cada comida 37.000 pesos (propina incluida) (tres personas).

Sito muy agradable, servicio muy rápido y atento.

Donde comer en San Pedro de Atacama - Ckunna

El restaurante Ckuna, está en la calle Tocopilla (perpendicular a la calle caracoles), las mesas están dispuestas alrededor de un patio, en el centro encienden una "fuente de fuego" que es de agradecer, ya que cuando se pone el sol la diferencia de temperatura se nota.

Para cenar, pedimos:
Ensalada andina
Filete de carne con queso de cabra
Filete de carne con salsa de chañar
Pastel de pescado
Para beber agua mineral y una botella de vino blanco, nos invitaron a pisco.
En total pagamos 51.000 pesos (incluida propina) (tres personas).

El ambiente muy agradable, el servicio bien.

Que ver en San Pedro de Atacama (día III)

El tercer día, comienza pronto a las cuatro de la mañana hay que está en pie, nos vamos a los Geiser del Tatio, y hay que estar al amanecer para verlos en su máximo esplendor.

Después de un viaje de cerca de dos horas llegamos. Son las seis de la mañana, estamos a 4.321 metros sobre el nivel de mar y a ocho grados bajo cero, en un campo geotermal. Cuando empieza a clarear, se van descubriendo las columnas de agua que pueden llegar a alcanzar los siete metros, todo el mundo se desperdiga entre las fumarolas y geiseres, todos se hacen las fotos perdiéndose entre las
nubes de vapor. Después de un poco más tenemos la oportunidad de bañarnos en la piscina termal, hace un frío que pela, pero es cuestión de ponerse rápido el bañador y al agua, la sensación es especial, estando sumergido solo aparece fuera del agua la cabeza y esta tiene
una pequeña nube de vapor por lo que la sensación de frío no se nota, lo que si se nota es la altura, intentar dar

más de diez brazadas es morirte. Aquí el acierto de la oficina de turismo para dejar esta excursión para el final y estar más aclimatados a la altura.

De vuelta, paramos en varios sitios, para contemplar el paisaje, una de las paradas es en el pueblo de Machuca, donde os recomiendo probar los anticuchos de llama y la torta dulce.

Después de comer y reponernos del madrugón, nos recogieron para la última excursión, primero fuimos a la Laguna Cejar. Te encuentras en medio de la nada una laguna con aguas transparentes y una mancha verde en uno de sus lados, tienes que tener cuidado al andar ya que las cristalizaciones de sal te pueden hacer algún pequeño corte. Nuestra guía, nos aconsejó (nos llevó) al círculo verde, ya que según ella es el mejor sitio para bañarse.

El agua tiene una concentración muy grande de sales, por lo que puedes flotar sin realizar
ningún esfuerzo, te recomiendan no meter la cabeza dentro para no tener problemas en los ojos. El agua en la superficie está caliente, pero si metes la mano la encuentras fría, la verdad es que resulta curioso eso de dejarse caer en el agua y no hundirte, otra sensación es cuando estás en el medio de ese círculo y te dicen que debajo de ti hay veinticinco metros de profundidad. A la salida, nos tenían preparada agua dulce para quitarnos la sal, ya que en pocos segundos puedes ver como tu piel se empieza a cuartear.

Después de este primer chapuzón, nos llevaron a lo que denomina los Ojos del Salar, que
son pozos de agua de unos veinticinco metros de diámetro y otros tantos de profundidad en medio de un desierto de sal. Otro chapuzón pero esta vez el agua no tiene tanta concentración de sal por lo que resulta agradable. En este sitio lo más curioso son las fotos, puedes hacer reflejos en el agua que no se mueve, ya que está un par de metros por debajo del nivel del suelo y en la superficie como no hay referencia, puedes hacer los típicos montajes de una persona teniendo a otra en la palma de su mano o similar. 

Por último nos dirigimos a la Laguna Tebenquiche, que al contrario de las anteriores, solo tiene una fina capa de agua por lo que produce un efecto óptico de que caminar sobre la misma. Aquí nos dispusimos, tomando un aperitivo y charlando de forma distendida con el resto del grupo, a contemplar la puesta de sol y ver el reflejo de los Andes en el agua de la laguna.

08-12/09/2013

3 de noviembre de 2014

Que ver en San Pedro de Atacama (día II)

En la mañana del segundo día, la dedicamos a recorrer San Pedro y ver los sitios más destacados que tiene. Para empezar, hay que decir que el pueblo está situado en un oasis, que no hay edificios altos, como mucho dos plantas, la mayoría de las casas son de abobe y las calles de tierra prensada, que riegan un par de veces al día.

Como sitios de interés, la antigua plaza, su iglesia, que data de 1774, esqueleto de madera
de cactus, adobe y vigas de algarrobo amarradas con cuero. Cerca está el Museo Arqueológico R. P. Gustavo Le Paige, donde te impresionarás con las momias y objetos cotidianos de la zona. Muy cerca hay una feria de artesanía donde es posible encontrar artículos producidos por artesanos atacameños, realizados con materiales tales como: cuero y lana de llama, artículos de cactus, iglesias talladas en piedra, chalecos de lana, guantes y similares.

Por lo demás San Pedro gira alrededor de la calle Caracoles, que es donde están concentradas la mayoría de agencias de turismo, restaurantes y tiendas de regalos, a derecha e izquierda salen calles que a medida que se van alejando de la calle antes citada, van perdiendo animación.

Después de comer, nos recogieron para la segunda visita que teníamos contratada, la visita
al Valle de la Luna y el Valle de la Muerte. El Valle de la Luna está ubicado en la zona de la Cordillera de la Sal, presenta un extraordinario atractivo por su similitud con la superficie lunar, el acceso está controlado por la asociación indígena. Después de hacer unos kilómetros entre dunas, cortados y mares de sal, llegamos a las denominadas Cavernas de Sal, donde se puede observar tozas de sal gema, restos de antiguas construcciones sobre todo la formación natural
denominada las Tres Marías. De vuelta, nos paramos al pie de la Gran Duna  y los que quisieron pudieron realizar una caminar por estos parajes donde solo hay sal, tierra y piedras.


En un momento del recorrido, sale lo que fue el cauce seco de un antiguo rio en el que te encuentras diversos recodos,
estrechos pasadizos de piedra y grutas por las que puedes acceder a otros sitios del valle.

Nos dijimos al Valle de la Muerte, que continúa estando dentro de la Cordillera de la Sal, se transita a través de un gran cañón formado por pequeñas montañas y terrones en los que el viento, han erosionado formas inverosímiles.  El camino cada vez parece estrecharse más hasta que las ruedas del vehículo comienzan a perder tracción y la arena blanda se apodera de la situación. En nuestro caso, las zonas más  bajas y como consecuencia de unas riadas que habían tenido hacía pocos días, la tierra se había
convertido en un lodo rojizo y pegajoso que a poco que te saliese de los caminos que atrapaba. Al margen de lo espectacular del terreno una de las principales atracciones del Valle de la Muerte es la práctica de sandboard, surfear las olas de arena tiene que ser una sensación única.



Para terminar la visita, nos dirigimos a la Quebrada de Ckari para ver la puesta de sol. La Quebrada es un cortado sobre el Valle de la Luna en el que se puede contemplar todo este inmenso mar de piedras y tierra, hay sitios peculiares como la “Roca del Coyote” en la que todos nos hicimos la correspondiente foto. Protegidos del aire, que soplaba en
condiciones pudimos contemplar una de las puestas de sol más impresionantes.

8-12/09/2013

Que ver en San Pedro de Atacama (día I)

Para llegar a San Pedro, tomamos un avión desde Santiago a Calama, dos horas de vuelo aproximadamente con unas vistas de los Andes impresionantes. Una vez en el aeropuerto, tomamos un “transfer” para que nos llevase a San Pedro de Atacama, un viaje de un poco más de una hora y quince minutos.

Se atraviesa una parte del desierto, el camino son largas rectas y por las ventanillas solo se veo tierra y piedras o piedras y tierra, perdido, se puede encontrar algún rastro de vegetación y las capillas de los fallecidos en algún accidente. Lo más curioso es que cuando vas llegando empiezas a distinguir una mancha verde en medio de la nada que es San Pedro.

Una vez instalados en el hotel, que estaba a las afueras de San Pedro, nos dijimos a las oficinas TurisTour a contratar las distintas visitas que teníamos previsto realizar, la verdad es que la atención fue muy buena y los consejos que nos dieron, mejores,
como más tarde pudimos comprobar, recordar que estamos a 2.300 metros sobre el nivel del mar. Otro tema son los guías que te acompañan en la excursión, si tenéis la suerte de contar con Gonzalo y con Javiera, os lo vais a pasar fenomenal, al margen de la cantidad de explicaciones que te facilitan y cómo interactúan con el grupo.

Una vez realizada esta gestión, nos dimos una vuelta por el pueblo, que tiene su encante y que más adelante visitaríamos con más detalle. Unas cervezas, la cena y a descansar que al día siguiente nos teníamos que mover.

Como quiera que la primera excursión, la teníamos por la tarde, nos alquilamos unas bicicletas en el hotel y nos fuimos a ver la ruinas del Pukará de Quitor, una fortaleza construida por los atacameños
para defenderse de los invasores. Hay paneles informativos en el que se reflejan la historia y costumbres de los atacameños. El recorrido termina en una caminata que culmina en la altura del cerro, desde donde tendrás una vista panorámica del valle adyacente. Una vez vistas las ruinas, puedes seguir una senda que va serpenteando en la montaña que lleva a dos miradores, desde donde se puede contemplar todo el valle de la Muerte y el valle que forma el Rio San Pedro.

Continuamos nuestra marcha bordeando el rio y tomamos un desvió en dirección al “túnel”, la senda a seguir, va girando entre rocas de
arcilla y sal, a un par de kilómetros el camino se empieza a empinar y la subida se hace dura, pero merece la pena las vistas que se contemplan. La vuelta más relajada te permite volver a disfrutar del paisaje.

Por la tarde, teníamos la primera de la excursiones que habíamos preparado, nos recogen a la puerta del hotel y nos dirigimos al Valle de Jere, un desfiladero-oasis que están junto al pueblo de Taconao, a unos 30 kilómetros de San Pedro, lo primero que
encuentras son unos petroglifos de dimensiones considerables, luego lo que es un oasis, agua y árboles, alguno frutales, ya que los habitantes, han diseñado como escalones para aprovechar más el terreno.

Después del oasis, nos dimos una vuelta por el casto urbano de Taconao, en el que pudimos contemplar su iglesia, construida con piedras de origen volcánico y el campanario que tiene la particularidad que está separado de la iglesia y pintado de blanco. Alrededor de la plaza, hay tiendas donde adquirir artículos de artesanía, sobre
todo, tejidos de lana de alpaca, a las que te puedes encontrar paseando por las calles.

Una vez terminada la visita, nuestro destino era el Salar, que es una laguna de sal de tres mil km2 es un espectáculo que te impresionará. Su gruesa costra forma cúmulos que crujen al atardecer mientras bajan las temperaturas, es hogar de aves andinas y una de las mayores maravillas de este desierto en donde todo es inmenso.

El Salar forma parte de la Reserva Nacional Los Flamencos, llegamos hasta la Laguna Chaxa, con vehículo solo puedes llegar hasta el centro de visitantes, luego y después de una breve caminata llegas a la laguna propiamente dicha y puedes ver flamencos y otras aves que anidan y se alimentan en sus aguas. Las tres especies de flamencos que puedes ver desde cerca son el andino, el chileno y el de James, los guías te enseñan a diferenciar unos de otros.

8-12/09/2013