Tomarte una cerveza, en buena compañía, viendo atardecer al lado de la Catedral, es una experiencia muy agradable. Al margen de que si se desea se puede cenar en un apartado de la misma.
Como curiosidad no dejan subir cámaras de fotos (para eso están los móviles), como es de suponer los precios no son "baratos".
04/06/2016
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