El caso antiguo de Medinaceli está considerada una
de las localidades más bonitas de toda la comunidad autónoma de Castilla y
León, ya que se encarama en un cerro del
valle del Jalón.
Entre sus calles angostas se dejan ver una multitud
de nobles casonas y otros edificios y monumentos de interés.
Lo primero que nos encontramos es el Arco Romano, está
fechado en el siglo I, una de las teorías es que fue construido para separar
dos conventos, el cesaraugustano y el cluniense Desde este punto se puede
contemplar la parte nueva del pueblo, un poco más adelante llegamos a la Plaza
de San Pedro, bajo el suelo de la plaza se conservan los restos de una vivienda
romana.
Girando a la derecha llegamos a la Plaza de la
Iglesia, donde nos encontramos con la Colegiata de Nuestra Señora de la
Asunción, levantada en 1561, por el IV Duque de Medinaceli sobre una iglesia
románica y de la que se ha conservado una cripta debajo del altar mayor.
Bordeando la colegiata, llegamos a la Plaza del Carmen y a la izquierda nos
encontramos con la Plaza Mayor, ubicada sobre el foro romano, sobresalen como
edificios principales el Palacio Ducal y la Alhóndiga, ambos mandados construir
por el Duque de Medinaceli entre los Siglos XVI y XVII.
A espaldas del Palacio Ducal, nos encontramos con
un mosaico romano en la calle San Gil, que data del siglo II. Desde aquí nos
dirigimos al Convento de Santa Isabel Fundado por las Clarisas en 1528, único
en activo de los cuatro con los que contó la Villa. Gira en torno a un patio
central y se halla adosado a la Iglesia de San Martín (de origen románico y restaurada
en el Siglo XVIII). Muestra en su portada las ventanas con molduras y un arco enmarcado
con el cordón franciscano.
El único inconveniente, al menos cuando nosotros
visitamos este pueblo, es que no hay nadie, el pueblo parece un decorado, solo había
turistas recorriendo el pueblo y los bares, la panadería y alguna tienda de
regalos, el resto de las casas cerradas.
16/06/2013.